Actualmente, todos hablamos de digitalización, es por ello que el término “digital” se utiliza con tanta frecuencia, que tiene un significado diferente para cada persona o sector industrial. En el caso que nos atañe, la digitalización del sector vitivinícola abarca desde la automatización en las áreas de producción hasta el intercambio de información entre productores y minoristas de alimentos, que en muchos casos todavía se hace de forma analógica. 

En las áreas de ventas y back office, muchos de los procesos se siguen registrando o haciendo “a mano" aunque podrían hacerse digitalmente. Por tanto, la digitalización ofrece un gran potencial de mejora en este ámbito, y puede ayudar a aprovechar mucho mejor los escasos recursos.

Trabajo a pie de campo y trazabilidad del producto

Uno de los grandes retos en el sector vitivinícola es la digitalización mediante sensorización de campos y algoritmos predictivos. Como desventaja tenemos la conectividad en el medio rural, y los modelos predictivos de climatología, que actualmente siguen siendo susceptibles de mejora.

Por otra parte, la digitalización ha dado un paso importante con tecnologías que se han abaratado, como es el caso del Internet de las Cosas (IoT), que permite analizar toda la cadena de valor, desde el campo hasta el consumidor, de tal manera que nos permite reducir los desperdicios, contribuyendo a la sostenibilidad.

Aunque a día de hoy, seguimos viendo que dicha digitalización, sigue siendo una tarea pendiente en este sector, así como en otros, estamos viendo un claro cambio de paradigmas en este sentido. En el sector comienzan a comprender que lo que no se puede medir no se puede controlar, por tanto, lo que no se puede controlar no se puede gestionar y en definitiva, lo que no se puede gestionar no se puede mejorar.

Vivimos en un entorno cambiante tal, que es necesario comparar de manera periódica los resultados que estamos logrando partiendo de unos objetivos predefinidos. Esto, nos permitirá averiguar si vamos por la buena senda,  o si por el contrario existen desviaciones que nos alejan del propósito inicial. Si los resultados deseados no se están consiguiendo, los indicadores o KPIs* nos permitirán darnos cuenta, y poder tomar decisiones a tiempo para rectificar.

*KPIs: Este término, por sus siglas en inglés (Key Performance Indicator), viene a ser el Indicador Clave de Rendimiento. Este indicador, hace referencia a una serie de métricas que se utilizan para esquematizar la información sobre la eficacia y productividad de las acciones y operaciones que se lleven a cabo en un negocio o empresa, todo ello con la finalidad de poder tomar decisiones y desarrollar o asentar aquellas que han sido más efectivas o  en las cuales se han obtenido mejores resultados, a la hora de cumplir con los objetivos predefinidos, en un proyecto en particular.

Muchos empresarios y agricultores, empiezan a concienciarse de la gran importancia de la identificación y medición de todos los pasos del proceso, tratando de controlar el mayor número de datos, para ser más eficientes y enfocarse en aquellas tareas que aporten valor. Para este sector es fundamental mantener un control sobre el producto desde su fase inicial, hasta que llega a la bodega para su transformación, cerrando el proceso en el consumidor final.

Es necesario tener una trazabilidad completa de todo el proceso, así como los elementos que intervienen en él, para tener el mayor control desde atrás hacia adelante.

El cuaderno de explotación o cuaderno de campo

Un claro ejemplo de lo comentado anteriormente podría ser, la digitalización del cuaderno de explotación o también llamado Cuaderno de Campo. ¿Qué es?, pues es aquel documento en el que se registran todos los tratamientos fitosanitarios realizados en una explotación agrícola. Desde el año 2013, todos los agricultores deben realizarlo obligatoriamente, ya que está sujeto a inspecciones rutinarias, de tal forma que podamos asegurar el control en el proceso.

Viene regulado por el Real Decreto 1311/2012, de 14 de septiembre, por el que se establece el marco de actuación para conseguir un uso sostenible de los productos fitosanitarios.

¿Cuál es el contenido que debe tener el cuaderno de explotación o cuaderno de campo? Según el Anexo III (registros de los tratamientos fitosanitarios), consta de dos partes:

1. Parte I. Cuaderno de explotación. La información general de la explotación y de las parcelas que la componen:
   • Información General:
     • Datos generales de la explotación.
     • Identificación de las parcelas.
   • Información de tratamientos fitosanitarios.
2. Parte II. Registro de Tratamientos. Registro de tratamientos hechos en las explotaciones en cuestión.
   • Información General:
     • Datos generales.
     • Personal cualificado y equipos de tratamiento.
     • Identificación de los objetos de tratamiento y de los ámbitos a que corresponden.
   • Información de tratamientos fitosanitarios.

El cuaderno de explotación o cuaderno de campo, puede hacerse tanto a través de documentos físicos como mediante aplicaciones web, aplicaciones móviles (apps).

Actualmente en muchas explotaciones de la industria del vino, este registro se sigue haciendo de manera manual, con la consiguiente pérdida de datos, así como la fiabilidad de los propios datos, ya que dicho registro se hace al finalizar la jornada, y podemos dejar detrás datos que pueden ser fundamentales o primordiales para hacer ese análisis tanto predictivo como correctivo, de cara a una toma de decisiones exitosa.

Comercialización del producto

La comercialización del producto, en este caso el vino, es el remate final a todo el proceso. Debe estar centralizada siempre en el cliente y debemos adaptarnos a cada perfil. La venta, es el resultado de todos los trabajos realizados con anterioridad, si alguna de las piezas falla en el engranaje de este proceso, es cuando aparecen los problemas.

Afortunadamente, la distribución en España está en evolución, viene de un período arcaico. Actualmente, y digitalmente hablando, los datos indican que se ha normalizado la incorporación de nuevos compradores al mercado online. Se ha consolidado el hábito de comprar por internet, entre aquellos que ya venían haciéndolo, lo que significa que es un canal cada vez más recurrente.

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