Internet of Things, o cómo habitualmente se le conoce IoT, hace referencia al conjunto de objetos físicos que tiene una inteligencia e identidad propia para integrarse e interactuar de manera independiente en Internet con otro dispositivo o usuario.

IoT se ha convirtiendo en uno de los términos más populares de los últimos años y muchas grandes empresas están apostando e invirtiendo tanto en el desarrollo de dispositivos inteligentes con múltiples aplicaciones como en el resto de tecnologías que demanda este tipo de soluciones (comunicaciones de bajo consumo, protocolos de seguridad, plataformas de gestión, etc.).

Muchos comparan esta nueva revolución a la de la era digital, tanto a nivel económico como social. IoT permite que los dispositivos interactúen con elementos de nuestra vida cotidiana independientemente de la intervención humana, permitiendo centrarnos en las tareas realmente importantes y logrando por tanto una mayor eficiencia.

Pero, ¿cómo hemos llegado hasta aquí? Lo cierto es que la comunicación entre máquinas viene haciéndose desde hace años pero es, en la actualidad, cuando realmente se dan las características adecuadas para su desarrollo exponencial:

• Placas de prototipado.
• Abaratamiento de las comunicaciones.
• Disponibilidad de sensores de bajo coste.
• Plataformas IoT.

Las placas de prototipado rápido se han popularizado dado su bajo coste y su sencillez de uso permitiendo convertir una idea en un prototipo de forma rápida. Las placas más conocidas son:

• Arduino: permiten analizar el entorno mediante la recepción de entradas desde una variedad de sensores y puede actuar mediante el control de luces o motores.
• Raspberry Pi: se trata de un miniordenador de bajo coste desarrollado originalmente con el objetivo de estimular la enseñanza de ciencias de la computación en los colegios.

Otro de los factores importantes que ha contribuido a poder desarrollar proyectos IoT ha sido el abaratamiento de las comunicaciones. Hoy en día tenemos acceso a Internet a bajo coste, con gran cobertura, pero también a otros nuevos protocolos de bajo consumo para comunicaciones locales (SIGFOX, LoRaWAN, etc.). En función del tipo de proyecto y los requerimientos del mismo, se están aplicando alguna de las siguientes estrategias:

• Uso de dispositivos multimedia tipo smartphone con conexión directa a Internet. Esta opción supone un alto consumo de batería.
• Uso de dispositivos menos inteligentes, más baratos, colocados en lugares poco accesibles y con una batería de no mucha duración.

La existencia de las placas de prototipado, junto con la posibilidad de adquirir sensores y actuadores a muy bajo coste, hacen que puedas crear tus propios proyectos de una manera relativamente sencilla. Gracias también a las capacidades de interconexión y de proceso de estos dispositivos permiten realizar proyectos de gran complejidad.

El última componente del mundo IoT es la plataforma. Hablamos de una aplicación responsable de recibir la información de todos los sensores, procesarla, aplicar la lógica necesaria y desencadenar una respuesta. Podemos optar por desarrollar nosotros mismos esta aplicaciones o utilizar una de las que existen en el mercado.

¿Quieres apostar por esta solución tecnológica para impulsar tu empresa? Nosotros te ayudamos 

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